Construyendo Vidas


Lo que hacemos en el presente determinará en gran manera lo que sucederá en el futuro.

Las investigaciones en el campo de la psicología y de la sociología, señalan la importancia suprema que juegan los padres en la vida de sus hijos. Desde el nacimiento mismo, los padres juegan un papel preponderante en el desarrollo físico y psicológico de sus hijos. Aprenden a hablar al imitar el sonido que oyen de sus padres, aprenden a interactuar con las demás personas porque primero lo han hecho con sus padres. Aprenden el concepto del amor porque primeramente se han sentido amados por sus padres; aprenden a caminar porque sus padres los sostienen y guían en sus primeros pasos.
                                                                    
Veamos algunos datos interesantes:
.- Un estudio hecho por Okrent reveló que el 83% de los adolescentes confían en lo que les dicen sus padres más de lo que oyen de sus maestros, amigos y los demás medios de comunicación.
.- Un autor, John Bruhn, declara: "Nada tiene más probabilidad de producir un hijo feliz y bien estable que  una familia amorosa".
.- Una investigación de M.T.V. encontró que los jóvenes son más felices cuando están con sus familias.


" El trabajo de los padres (y educadores) no es proteger a  los niños de la vida, sino prepararlos para ella" (Actor Blake Segal)




A los niños les encanta imaginar cosas, les encanta fingir ser alguien o algo diferente. Lo mismo fingen ser un perrito que un rey o una princesa. A veces hablan con alguien que nosotros no vemos pero que ellos sí ven en su imaginación. Les encanta tocar las cosas (algo que a veces no nos gusta), explorar, preguntar probar las cosas. Dé un papel y un lápiz a un niño y dibujará cosas indescifrables, pero ellos le dirán que es un barco, una casa o papá y mamá.
Unos padres y un educador trabajando por y para el niño en un ambiente positivo, no es aquel que le limita o pone freno a la creatividad de los niños, sino aquel que les da libertad para desarrollar la creatividad.

"Cuando pienso en mi padre, los recuerdos que vienen a mi mente no son sobre política. Son recuerdos de un hombre que abrió la imaginación de una niña" .- Patty Davis, hija de Ronald Reagan

Sabemos que hay una etapa en los niños en que nos vuelven locos con sus preguntas. Cuando contestamos sus preguntas, de inmediato nos hacen otra que a veces no tiene fin: ¿"Por qué"?
Por supuesto, los niños no hacen esto para molestarnos, sino que están descubriendo un mundo nuevo para ellos.
No hay duda que los niños necesitan dirección y también disciplina. Es importante establecer límites, sin embargo, los niños necesitan un lugar donde ejercitarse física, intelectual, emocional y espiritualmente. Un ambiente positivo donde educar al niño, debe existir límites claros, donde les pueda ofrecer el espacio que necesitan para pensar, hablar, correr, estirarse y crecer.

"Lo que un niño no recibe, pocas veces podrá darlo más tarde".- B.D. James


Una actitud positiva puede ayudar a los niños a luchar contra la comodidad, la complacencia, el materialismo y la mediocridad, y cumplir sus planes a través de sus vidas.
Los padres no podemos vivir la vida de nuestros hijos, cada cual tiene que encontrar su propio camino. Lo que sí podemos hacer padres y educadores, es lograr juntos, crear un buen ambiente, de tal manera que ayude a los niños, adolescentes y jóvenes a ver la vida de forma positiva. Guiarles en este empeño es una aventura, es parte de la aventura de ser padres y educadores, y lograr esto hará que al pasar los años, cuando nuestros hijos tengan sus propios hogares y sus propios hijos, nosotros podremos mirar atrás y sentirnos satisfechos.

Marcando límites

Uno de los grandes problemas que existen en muchos hogares es que no se han establecido límites o que los límites no son consecuentes. Los límites son necesarios como parte de la disciplina del hogar, y del lugar dónde se educa. Cuando no hay límites o cuando estos son tan flexibles que unas veces se cumplen y otras no, no solamente veremos desorden, sino indisciplina, rebeldía y falta de respeto en los niños.
Aún en los hogares positivos, habrá ocasiones en que sea necesario decir no. Los padres y educadores necesitan tener muy claro cúando decir Si y cuándo decir No, y los hijos necesitan saber los parámetros o límites dentro de los cuales deben vivir y comportarse. Los límites crean un medio ambiente de seguridad y confianza. Los niños necesitan saber que nosotros los queremos aun cuando les digamos no.

"Sin disciplina y respeto en los hogares tampoco los habrá en el mundo" .- Un padre de Texas

Para que los límites sean efectivos, siempre deben aclararse las consecuencias de saltárselos. Cuando decimos al niño que no puede hacer algo, debemos agregar "si lo haces, esto será lo que sucederá". Es importante aclarar que las consecuencias o castigos po rno cumplir con el límite, deben establecerse según la edad del niño. Conviene señalar que existe una diferencia entre castigo y disciplina: El castigo, por lo general, no tiene una meta o razón determinada, mientras que la disciplina tiene como fin que haya un cambio de comportamiento en los chavales.

Hablemos de Sexo

Uno de los temas sobre los cuales mas tememos hablar los padres con nuestros hijos es el del sexo. ¿Es fácil hablar de esto con nuestros hijos cuando tienen la edad apropiada? pues no, al menos para mí, pero debemos hacerlo, pues de otra manera aprenderán del sexo en el mundo que les rodea, de una manera distorsionaada y equívoca.
Para hablar de este tema como de otros igualmente difíciles, os dejo algunas ideas que pueden ayudarnos:
.- Buscar el momento propicio para hacerlo. No todos los momentos son buenos, sin embargo, uno puede ir creando poco a poco la oportunidad para hablar con nuestro hijo o hija de una forma seria y honesta.
.- Podemos comenzar a explicarles que es sexo no es algo sucio y malo, sino algo con un propósito definido para bien. Podemos hablarles de cómo son y cómo funcionana los órganos sexuales masculinos o femeninos. Hay muchos libros buenos sobre este tema que nos pueden dar pautas para hablarles de manera clara y sencilla.
.- A medida que vayamos hablando con ellos, podemos hacerles preguntas para saber si entienden y ofrecerles a su vez oportunidad para que hagan preguntas sobre sus dudas.
.- Si ellos nos hacen una pregunta o expresen una idea o duda que parezca infantil o chistosa, es mejor no reirse, que vean ellos que nos interesa todas sus preguntas sobre sus dudas, esto hará que ellos hablen con mas seguridad y libertad con nosotros.
.- Habrá ocasiones en que nos sea mas difícil tocar algunos puntos delicados. Cuando esto suceda, pensemos que si no lo hacemos, nuestros hijos lo oirán de otras personas y quizás esto hará que adquieran una idea equivocada de ellos mismos y de las personas del sexo opuesto. Y ellos al ver que nosotros hemos sido francos al hablar abiertamente de este tema como igualmente de otros, tendrán la confianza de hablar con nosotros en cualquier momento que lo necesiten. Hay que dejar siempre las puertas abiertas para conversaciones de esta naturaleza.

No olvidemos que el hogar es la mejor escuela para una buena educación sexual, o así debería ser. Cuando los hijos ven que el padre y la madre se quieren, se respetan, expresan su amor con palabras, con abrazos y besos entre ellos, los hijos ya están aprendiendo la relación que debe haber entre una pareja, esto es parte de la educación sexual.

Recordemos, que en toda conversación, ya sea de temas triviales como juguetes, libros de cuentos, colores o de temas profundos, lo que importa es que sean adecuados para la edad y el desarrollo de nuestros hijos.


¿Me puedes oir ahora?

No sólo se escucha con los oídos, también se escucha con los ojos.
Oímos palabras, pero estas vienen acompañadas de expresiones del rostro, de gestos, que complementan el mensaje que se nos envía.
Cuando enseñamos o aconsejamos, de inmediato tenemos una respuesta o mejor dicho obtenemos una respuesta a lo que hemos compartido. Esa respuesta nos indica si nuestro mensaje fue claramente recibido por la otra persona.
"Uno puede ver mucho con solo observar" .- Yogui Berra (Filósofo)

Cuando compartimos con los niños un pensamiento o una expresión sabia, contestando preguntas o explicando por que se aplican ciertas disciplinas en el hogar, entonces observemos bien. La mayoría de los hijos nos dejará saber de inmediato si lo que estamos diciendo o haciendo tiene sentido.  Si los padres y educadores queremos entender bien el mensaje que los chicos están enviando, tenemos que ser un buen observador y buen oyente.
Con frecuencia los niños y los jóvenes nos envían mensajes no verbales a través de expresiones faciales, el movimiento del cuerpo, la mirada y el tono de la voz. Pueden estar diciéndonos algo con su boca, pero si queremos saber lo que realmente dicen, esto tiene que complementarse con ese lenguaje no hablado.

"La forma más rápida para un padre o madre de ganar la atención de un hijo es sentarse y tener una actitud relajada".- Lane Olinghouse

Como padres y educadores, tenemos algunas tareas importantes para mantener abiertas las líneas de comunicación con los niños, adolescentes y jóvenes:
.- Estar alertas a las oportunidades de comunicarnos con ellos
.- Convertirnos en estudiosos de los chicos y aprender las formas especiales en que ellos piden atención.
.- Asegurarnos a acercarnos emocionalmente a nuestros hijos.
.- Cuidar nuestra actitud y comportamiento en el hogar, de manera que nuestros hijos nos vean como personas con quienes pueden hablar y no como personas ajenas a ellos.

"Algunas veces los adolescentes dicen: "Mis amigos me escuchan, pero mis padres solo me oyen hablar". Con frecuencia, tienen razón. La familiaridad produce falta de atención".- Psicólogo Laurence Steinberg

El Dolor Existe


El dolor existe, y es algo que no podemos evitar, es una realidad con la que debemos vivir, pero es algo que no debemos dejar que nos robe el gozo de vivir, el gozo de ser padres. No podemos dejar de vivir ni de disfrutar por temor a lo que pueda suceder. Como adultos que somos y especialmente como padres, tenemos que mantener una actitud optimista y confiada y todo esto por el bien de nuestros hijos, por darles un ejemplo que algún día les será muy útil cuando ellos mismos tengan que pasar por momentos difíciles. Cómo ellos vean la vida, dependerá muco de lo que hayan aprendido de nosotros y lo que hayan visto en nuestro hogar durante su niñez.
Todo esto es parte de la aventura de ser padres.
Los padres nunca podremos evitar el dolor a los hijos. Desde que nuestros hijos nacen, tratamos naturalmente de protegerlos: no dejamos los cuchillos al alcance de ellos, no los dejamos jugar con fuego, guardamos bien aquellos productos de limpieza que pudieran dañarlos o envenenarles si los tomaran. Cuando son adolescentes estudiamos bien quiénes son sus amigos y hasta nos gustaría que la policía o el FBI investigaran la vida del joven o de la joven  de quien nuestro hijo o hija esté enamorado. Como padres, es natural que lo hagamos porque somos responsables de proteger y defender a nuestros hijos. Quisiéramos que nada les sucediera, pero si llevamos nuestro cuidado a un extremo, si nuestra preocupación es tal que los sobreprotegemos, esto puede dañarlos más que ayudarlos.

"No dañe a sus hijos haciéndoles fácil su vida".- Roberto A.Heinlein

A veces también al disciplinar de forma severa a nuestros hijos, al dejarnos llevar por el enojo, mas tarde nos damos cuenta de nuestro error y experimentamos remordimiento.Todos los padres y educadores nos equivocamos, pero si mantenemos ese remordimiento, puede hacernos mucho daño en nuestras relaciones como padres y educadores.

Enfrentemos el remordimiento: Algunos padres consideran que cuando cometen un error con sus hijos, ya lo cometieron y no hay nada más que hacer, pero lo cierto es que ahí queda el remordimiento. La mejor manera de combatirlo es enfrentar el error a cara descubierta. Con esto queremos decir: ir a nuestros hijos, mirarlos a los ojos y pedirles francamente que nos perdonen. Hay un poder especial cuando uno pide perdón y también puede ser una lección inolvidable para nuestros hijos. Pedir perdón les dice que nosotros somos conscientes que no somos perfectos  y que muchas veces nos equivocamos.
Cuando somos capaces de reconocer un error delante de nuestros hijos y de pedirles perdón, no solamente nos sentimos aliviados de la carga que teníamos, sino también estamos enseñándoles la importancia de la humildad en nuestras relaciones con los demás y que no nos aprovechamos de una posición y autoridad para herir o lastimar el sentimiento de otra persona.

Por lo general los hijos, cuando son pequeños, por la sencillez y esa pureza de corazón que tienen, de inmediato nos dicen: "Sí, te perdono". Pero a los adolescentes, les cuesta más ofrecen alguna resistencia al perdonar, esto también da la oportunidad a los padres para sentarse y discutir con ellos de ese sentimiento que puede hacerles tanto daño.

Celebremos los cambios

Aceptar y saber enfrentarse a los cambios es una de las lecciones mas valiosas que podemos enseñar a nuestros hijos. Los padres que celebran los cambios de la vida, son un ejemplo de la forma correcta de ver el futuro "que bueno que ya tengamos un adolescente en nuestro hogar". Esto puede ayuda a nuestros hijos a mirar con gozo y entusiasmo la siguiente etapa de sus vidas en vez de hacerlo con desconfianza. Además, de esta manera les estamos diciendo que no importa por cual etapa de la vida ellos pasen, nosotros siempre le querremos y estaremos a su lado. Imaginaros, que por el contrario decimos " madre mía la que nos espera en tu adolescencia", esto les puede sonar bastante mal, y no les ayuda para nada.
Muchas veces nos habremos encontrado perdidos, sin saber como enfrentar los cambios y esto nos puede traer una tensión emocional. Uno puede mirar los cambios de forma negativa, siempre esperando lo peor o deseando que el tiempo no hubiera pasado, y nuestros hijos siguieran siendo pequeños. Pero hay otra forma mejor de considerar estos cambios: alegrándose y dando gracias de que nuestros niños estén creciendo de manera normal y que nosotros, con nuestra influencia y nuestras enseñanzas somos parte de esos cambios.
La actitud de celebración por los cambios por los que pasan nuestros hijos, son mas necesarios en la etapa de la adolescencia cuando elllos no comprenden totalmente lo que sucede en sus cuerpos y sus mentes, y cuando están en busca de su propia identidad como personas. Esos son los momentos cuando necesitan un padre y una madre un buen educador, que les levante su estima personal, los animen en su camino y los aconsejen en los momentos de indecisión y dudas.
Si durante su niñez y adolescencia los padres ponemos una buena base de amor, comprensión, gozo y celebración por lo que ellos son y llegarán a ser, en su momento recogeremos los frutos de su cariño y agradecimiento.

"Si quieres mejorar a tus hijos, deja que ellos oigan las cosas buenas que dices de ellos a otras personas".- Haim Ginott

No todos los cambios son divertidos o cosa de juegos. Algunos cambios pueden ser dolorosos como tener que despedirse de los compañeros de clase el día de su graduación, o mudarse de casa, separación de los padres...etc, la madurez y la empatía son fundamentales para ayudar a nuestros hijos a afrontar los cambios y a salir adelante.

Algunos creen que cuando nuestros hijos son adultos y nosotros ancianos, nuestra responsabilidad ha terminado, pero los que tenemos hijos sabemos que nunca se termina. No importa la edad que tengan nuestros hijos, ni donde viven, siempre serán nuestros hijos y siempre estaremos preocupados por ellos e interesados en sus vidas.
Después de los hijos vienen los nietos, y a la preocupación de los hijos se les suma la preocupación por los nietos. La aventura de ser padres nunca termina.

Fuente: LifeWay, Rodney y Selma Wilson

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